Reflexión Día 25 de Febrero. Mujeres Que Aman Demasiado. Robin Norwood. Solo Por Hoy. Coda.
Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado.
Cuando la mayoría de nuestras conversaciones con amigas íntimas son acerca de él, de sus problemas, sus ideas, sus sentimientos, y cuando casi todas nuestras frases comienzan con “el”…estamos amando demasiado.
Cuando disculpamos su mal humor, su mal carácter, su indiferencia o sus desaires como problemas debidos a una niñez infeliz y tratamos de convertirnos en su psicoterapeuta, estamos amando demasiado.
Cuando leemos un libro de autoayuda y subrayamos todos los pasajes que lo ayudaran a él, estamos amando demasiado.
Cuando no nos gustan muchas de sus conductas, valores y características básicas, pero las soportamos en la idea de que, si tan solo fuéramos lo suficientemente atractivas y cariñosas, el querría cambiar por nosotras, estamos amando demasiado.
Cuando nuestra relación perjudica nuestro bienestar emocional, e incluso, quizá, nuestra salud e integridad física, sin duda estamos amando demasiado.
A pesar de todo el dolor y la insatisfacción que acarrea, amar demasiado es una experiencia tan común para muchas mujeres que casi creemos que así deben ser las relaciones de pareja.
La mayoría de nosotras hemos amado demasiado aunque sea una vez, y para muchas de nosotras ha sido un tema recurrente en nuestra vida.
Algunas nos hemos obsesionado tanto con nuestra pareja y nuestra relación que apenas podemos funcionar como personas.
REFLEXIÓN DE HOY
"El acto sexual, cuando es muy gratificante desde el punto de vista físico, tiene el poder de crear vínculos profundamente sentidos entre dos personas. Para las mujeres que amamos demasiado, en particular, la intensidad de nuestra lucha con un hombre puede contribuir a la intensidad de nuestra experiencia sexual compartida con él y, por lo tanto, a la del vínculo que nos une a él. Y lo contrario también es verdad. Cuando tenemos una relación con un hombre que no es demasiado estimulante, el aspecto sexual puede carecer de fuego y pasión. Debido a que no nos sentimos perpetuamente excitadas por él, ni el sexo es utilizado para probar nada, una relación más fácil de llevar, más relajada puede parecernos en cierta forma domesticada. Comparada con el estilo tempestuoso de la relación que hemos conocido, esta clase de experiencia mansa sólo parece confirmarnos que las tensiones, las luchas, el dolor del alma y el drama realmente equivalen al verdadero amor."
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